Estados Unidos, una nación en la que el 98.8% de la población es de origen extranjero o nacida en el extranjero y sólo el 1.8% de la población es indígena americana o descendiente de ésta.
Entre 1892 y 1954 (es decir, en 62 años) ingresaron a Estados Unidos 12 millones de inmigrantes sólo a través de la famosa Ellis Island, donde se erige la Estatua de la Libertad en la bahía de Nueva York. Vinieron de Gran Bretaña, Irlanda y Alemania, pero también de Noruega, Suecia y Holanda.
Asi como las olas migratorias inglesa, alemana, polaca o italiana, las olas migratorias latinoamericanas se produjeron y se producen porque la economía del país las absorbe, porque tienen algo que hacer aquí. Como ya se dijo, esa gente no viene a Estados Unidos a parasitar sino a trabajar, a establecerse y a tener una vida que implica muchas cosas a su alrededor.
Muchos de ellos, por millones, cruzaron la frontera sur de EE.UU. a riesgo de su vida y su salud, y otros millones ingresaron legalmente como estudiantes o turistas y se quedaron sin permiso. Nadie deportará a 11 millones de personas, eso lo sabemos", según Paul. "De modo que lo que tenemos es una amnistía de hecho.
El problema es sacar de las sombras a esos millones de indocumentados, muchos de los cuales han vivido por décadas en EE.UU., e incorporarlos al mercado laboral legal, a los pagos de impuestos y la recepción de beneficios.
EL PRESIDENTE OBAMA, LOS DEMOCRATICAS Y LA REFORMA INMIGRATORIA.
Desde el 2009 el presidente Barack Obama, con la sola excepción de la orden administrativa de Acción Diferida para los dreamerS, ha sido solamente palabras bonitas pero vacías.
Su antecesor George W. Bush, al menos, se tomó la molestía de organizar una comisión precedida por Carlos Gutiérrez, en ese entonces Secretario de Comercio; y, Michael Chertoff, en ese entonces Secretario de Seguridad Interna, para que dialogaran con los representantes de ambos partidos y con la comunidad involucrada en el tema, en aras de alcanzar algún consenso.
Claro está que Barack Obama tiene una capa mágica con la cual se proteje de cualquier crítica: "No soy yo, es el Congreso, son los republicanos, póngan la legislación en mi escritorio, y yo la firmo en ese momento". Y en parte tiene razón. El Presidente no puede aprobar unilateralmente una ley de reforma migratoria, sin embargo, ¿qué está haciendo para cambiar las actitudedes negativas de los que pueden darle vida a un proyecto de ley en la Cámara Baja? La respuesta más cercana muy poco o casi nada.
A principios de año el presidente Obama declaró que de no presentarse un proyecto de ley en el Congreso, él personalmente les haría llegar su propia versión, o exigiría que los representantes demócratas lo hagan. Señor presidente, el tiempo esta pasando y no se preveé acción en la Cámara Baja en lo poco que queda del año legislativo, es hora de actuar.
Para los que tenemos memoria todavía está fresca la promesa que hiciera Barack Obama en el 2008 acerca de promover una ley de reforma migratoria en los primeros cien días de su Gobierno, pero concentro todo su tiempo y capital politico en el La Ley de Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act), también conocida como “Obamacare”.
Ya estamos casi en el 2014 y todavía seguimos esperando que cumpla. La verdad es que si los republicanos no toman la iniciativa en los próximas meses, no veremos acción en materia migratoria. La verdad es que hace algún tiempo que el presidente Obama no tiene la menor intención de impulsar una reforma a las leyes inmigratorias. El tema le sirve más inconcluso para que su partido lo pueda seguir utilizando como botín político, a la hora de identificar a los responsable y culpar a los republicanos por el fracaso.
Claro, llegará el 2016 y la reforma migratoria será solo eso, simplemente una retórica politiquera usada por un presidente que ha repetido hasta el cansancion su compromiso con una legislación que legalice a los inmigrantes no autorizados a vivir y trabajar en USA, pero que no ha hecho el menor esfuerzo por impulsar la reforma que tanto demandan los grupos inmigrantes que seran beneficiados.
El Senado de Estados Unidos aprobó,27 de junio con 68 votos a favor y 32 en contra, la propuesta de reforma inmigratoria que emergió del trabajo de un grupo bipartidista, para que el proyecto pase a la Cámara de Representantes. El proyecto de 1.200 páginas, el más importante desde 1986 y que promete reformar las leyes de inmigración en Estados Unidos, pasará a la Cámara de Representantes, controlada por
los republicanos. Los líderes de esa facción dicen que elaborarán su propia versión del proyecto.
El proyecto de ley que se discutio el Senado -y que sigue sujeto a modificaciones- permitiría que la mayoría de los indocumentados regularice su situación tras el pago de impuestos y una verificación de antecedentes criminales.
Pero las propuestas que ya salio del Senado, donde los demócratas tienen mayoría, encontrarán un territorio menos propicio cuando crucen la frontera hacia la Cámara de Representantes, con una mayoría republicana cada vez más susceptible a las arengas de su minoría del Tea Party.
"Esta legislación reunirá familias. Sacará de las sombras a millones de personas y las colocará en nuestro sistema legal. Esto estimulará el crecimiento del empleo y reducirá nuestro déficit. Y nos hará más seguros", agregó. La mayoría de los congresistas conservadores mantienen su oposición a la propuesta de reforma inmigratoria y han declarado que la rechazarán en cuanto llegue a la Cámara de Representantes. Los republicanos están profundamente divididos sobre el tema, que es políticamente sensible.
Tanto los partidarios ahora de una reforma integral que conduzca a la legalización de los indocumentados, como quienes se oponen a una amnistía para millones de personas que han violado las leyes, coinciden en que los resultados de la legalización de 1986 fueron positivos.
De ahí que en el debate de 2013 pesen las dos lecciones: algo puede hacerse para abrir una senda a la legalización, y eventualmente naturalización, de millones de inmigrantes. Pero algo debe hacerse -antes, después o simultáneamente- para impedir otra marejada de indocumentados.
El fallecido ex presidente Ronald Reagan tiene el mérito de haber promulgado la amnistía migratoria de 1986 que benefició al menos tres millones de extranjeros indocumentados, según organizaciones pro inmigrantes de Estados Unidos.
El Senado de EE UU ha aprobado un proyecto de ley de reforma migratoria que puede despejar el camino para la legalización de buena parte de los 12 millones de inmigrantes indocumentados en el país. La votación en el Senado ha arrojado un resultado final de 62 votos a favor y 36 en contra, con lo cual el proyecto de ley pasa ahora a un proceso de armonización con la Cámara de Representantes, que comenzará el mes próximo.
El proyecto de ley cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, el sector empresarial, las organizaciones hispanas y grupos religiosos, pero afronta un tortuoso camino hacia su armonización con el que aprobó la Cámara de Representantes en diciembre pasado.
La reforma aprobada, la más amplia desde 1986, declara el inglés como "idioma oficial" de EE UU e incluye, entre sus principales elementos, una vía hacia la legalización de al menos ocho millones de inmigrantes indocumentados; un programa de trabajadores temporales, y el reforzamiento de la vigilancia fronteriza.
LA LEY DE INMIGRACION DEL 1986
Ley de reforma y control de la inmigración de 1986 (Inmigración Reform and Control Act.) Ley pública 99-603 (Ley de 11/6/86) aprobada para controlar y detener la inmigración ilegal a los Estados Unidos. Sus disposiciones principales estipulan la legalización de extranjeros indocumentados, la legalización de ciertos trabajadores agrícolas, las sanciones a los empleados que contraten con conocimiento de causa trabajadores indocumentados y el aumento de la vigilancia en las fronteras de los EE.UU.
Cuando el presidente Ronald Reagan promulgó hace 27 años la Ley de Reforma y Control de Inmigración (IRCA por su sigla en inglés), EE.UU. estaba a mitad de camino de la que sería una década de flujo inmigratorio sin par desde comienzos del siglo XX. Al tradicional éxodo de mexicanos hacia el norte por la frontera sur de EE.UU. se le sumaban, entonces, los cientos de miles de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses que huían de guerras en sus países, y sudamericanos que escapaban de
dictaduras militares en los suyos.
Esa ley migratoria, "abrió una posibilidad de legalización a la gente que ya estaba en el país, pero no hizo nada para resolver el problema del futuro flujo migratorio, porque lo que atrae a los extranjeros hacia este país son los trabajos", señaló. Los inmigrantes que deseen ajustar su estatus migratorio deberán pagar una multa de 2.500 dólares; demostrar conocimiento del inglés, que tienen trabajo fijo y que no cuentan con antecedentes penales, además de estar al día con el pago de sus impuestos.
La activista considera que la amnistía promulgada por Reagan "ayudó a estabilizar? la vida familiar e individual de millones de personas, y dijo que los nuevos ciudadanos estadounidenses beneficiados con esa amnistía contradicen los argumentos de aquellos que critican a los inmigrantes.
La Ley de 1986 obligó a los empleadores a examinar los documentos de cada empleado recién contratado para comprobar su identidad y elegibilidad para trabajar en los Estados Unidos. Esta ley dio origen al Formulario I-9, Verificación de Elegibilidad de Empleo, que obligó a los empleados a dar fe sobre su elegibilidad para trabajar, y a los empleadores a certificar que los documentos presentados tienen la apariencia razonable (a primera vista) de ser auténticos y de corresponder a la persona.
Tanto los partidarios ahora de una reforma integral que conduzca a la legalización de los indocumentados, como quienes se oponen a una amnistía para millones de personas que han violado las leyes, coinciden en que los resultados de la legalización de 1986 fueron positivos.
La Raza, el Foro Nacional de Inmigración, grupos asiáticos y otros, promueven una propuesta que, aparte de ofrecer la legalización a los entre 8 y 12 millones de inmigrantes indocumentados, también plantea soluciones a la constante corriente migratoria hacia Estados Unidos.
CUANTO SON LOS INMIGRANTES ILEGALES EN USA
El número de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, que disminuyó en 2009 debido a la recesión, ha venido aumentando conforme ha mejorado la economía y ahora totaliza 11.7 millones de personas, según un informe divulgado hoy por el Centro de Investigación Pew.
Según el documento, hacia marzo de 2012 había en el país un total de 11.7 millones de indocumentados, un leve aumento en comparación con los 11.3 millones que se calcula había en 2009 en las postrimerías de la recesión económica.
Según el informe, el 60 % de los indocumentados continúa concentrándose en seis estados: California, Florida, Illinois, Nueva Jersey, Nueva York y Texas. De éstos, sólo el estado de Texas registró un aumento de la población "sin papeles" y ningún descenso en ese grupo demográfico entre 2007 y 2011. California, Illinois y Nueva York registraron descensos en la población indocumentada.
Se cree, según Pew, que la cifra actual de indocumentados mexicanos está alrededor de 6 millones, mientras que hay 5.7 millones de indocumentados de otros países.Esto quiere decir que de los 11.7 millones de indocumentados que actualmente hay en el país según el Pew Research Center, 4,680.000 entraron con visa de turista o visa de trabajo temporal y se quedaron.
Pese a ello, el primer martes de noviembre del año pasado Obama ganó un segundo mandato de cuatro años gracias al respaldo del voto latino: el 71% de los 12.2 millones que acudieron a las urnas se inclinó por la opción demócrata y enviaron a ambos partidos un claro mensaje: la reforma migratoria, con una vía para legalizar a los 11 millones de indocumentados, debe ser debatida y aprobada durante el primer año del segundo mandato. Si no, usarán el poder del voto para castigar a los responsables del fracaso en las
siguientes elecciones.
También se mantiene otra tendencia reciente: que los indocumentados se están yendo a vivir a estados no tradicionales y que en lugares como California y Nueva York, hoy hay menos indocumentados que los que han existido históricamente.
El documento señaló que el descenso en la población indocumentada después de 2007 de toda la región fue mayor entre los mexicanos, que en 2012 conformaron el 52 % de la población indocumentada. El Centro de Investigación Pew recordó, sin embargo, que el descenso entre la población indocumentada proveniente de México terminó en 2010.
Segun indicaron investigadores del Urban Institute con sede en Washington,no existen en los Estados Unidos actualmente suficientes organizaciones no lucrativas y de asistencia al inmigrante para procesar millones de solicitudes de legalización como las que vendrían con la aprobación de una reforma migratoria en los presente momentos.
Según el reporte, aunque en el país existen 684 organizaciones no lucrativas que ofrecen algún tipo de ayuda legal a inmigrantes, estas no son suficientes y probablemente no estén preparadas con suficientes recursos para lo que, según vaticinan los investigadores, “será un proceso largo, arduo y costoso”.
Erwin de León, investigador de UI, dijo que emprendió el estudio porque “creo que no hay suficiente infraestructura para apoyar la reforma, y no sólo la legalización sino a largo plazo, la integración de los inmigrantes”.
La necesidad de suficientes organizaciones a las que los inmigrantes puedan acudir para recibir orientación y asistencia sobre procesos legales ya existe, y la prueba está en la cantidad de ellos que terminan acudiendo a notarios inescrupulosos, dijo De León. “El costo de un abogado es prohibitivo”, dijo. “Esto es algo para lo que hay que planear al mismo tiempo que se planea una reforma”.
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